Miembro de la Asamblea de Chilecito y Famatina
“El tiempo que
los imperialistas colonizadores
han tardado en apropiarse del mundo
nos ha permitido una demora que ha hecho posible
hallazgos más vitales, que nos permitirán subsistir en la libertad.
En el fin de la ilusión del poder,
a ellos los espera la tristeza, donde desaparecerán.
Porque la mecánica del mundo es para la alegría.
Ellos nunca podrán modificar esa mecánica,
ni con las manos, ni con el pensamiento”.
han tardado en apropiarse del mundo
nos ha permitido una demora que ha hecho posible
hallazgos más vitales, que nos permitirán subsistir en la libertad.
En el fin de la ilusión del poder,
a ellos los espera la tristeza, donde desaparecerán.
Porque la mecánica del mundo es para la alegría.
Ellos nunca podrán modificar esa mecánica,
ni con las manos, ni con el pensamiento”.
Daniel Moyano “Tres golpes de Timbal”
Dicen en mi pueblo que en las noches en que
el viento zonda hace rugir su bravura, se escucha el tropel de los guanacos por
el Rio Capayán y allá a lo lejos, suena
como un trueno el grito corajudo y valiente del Cacique Coronilla que reclama
justicia para su pueblo diaguita exterminado en el Valle del Famatina por la
codicia del atroz colonizador español.
Valle del Famatina generoso con su gente que por siglos nos ha alimentado con los frutos de un suelo fértil regado por las aguas cristalinas de vertientes y deshielos del macizo cordón montañoso. Furor colonizador hambriento de sangre, odio y codicia que ha exterminado a los antiguos pobladores de este territorio, hoy se presenta disfrazado de progreso y desarrollo sustentable tomado de la mano de una minería extractivista, saqueadora y contaminante. ¿Que paso con los antiguos pobladores del Valle del Famatina? ¿Adonde están los cacanes, los diaguitas, los capayanes que vivieron en estas tierras? De su memoria solo quedan formas de barro, hechuras de piedra donde estamparon su inocencia, un dios de sol y de lluvia resquebrajándose en la sequía del bárbaro blanco colonizador.
Olor a muerte trae el gringo colonizador con
sus pestes y ruinas del mal vivir. Ellos se alimentan de la sangre y el trabajo
a destajo de nuestro pueblo, caminan con la soberbia de quien nada le debe a
nadie.
El shopping empresarial y gubernamental
despliega su propaganda y coloca en sus góndolas de manera enlatada a la
tierra, el agua, el aire, la flora, la fauna,
la vida y la dignidad de quienes habitamos orgullosamente estos suelos.
Suelos que, según el capital, no tienen
otro valor más que el de la destrucción de sus cerros para sacar de las
entrañas metales que seguirán alimentando la voracidad del dragón chino y los
países llamados desarrollados. Países
altamente industrializados que han agotado sus recursos naturales y no están
dispuestos a abandonar las formas de vida de derroche propiciado por el modelo
capitalista de consumo y desarrollo que solo acepta al dios dinero como
supremo. Ahora poco les queda y, como hace 519 años, arremeten en los países
por ellos mismos empobrecidos, profundamente endeudados con deudas ilegitimas e
ilegales. Vienen por nuestras tierras, nuestra agua, nuestros conocimientos
ancestrales, nuestros minerales, nuestro petróleo, nuestra biodiversidad, por
los bienes comunes a todas y todos los que habitamos este territorio.
No tienen límites para conseguir lo que
quieren. Crean guerras, invaden países, siembran muerte y desolación en nombre
de un falso desarrollo colocando al mundo al borde del colapso ante una crisis
que trasciende lo económico y nos enfrenta con la destrucción de la pachamama.
Acentuando la crisis social que genera más hambre y miseria, desplazamientos de
pueblos enteros por los desastres ambientales y las guerras, criminalización de
la protesta social, militarización de los territorios, ampliando las
desigualdades a un nivel ya intolerable.
Hace mas de 100 años se llevaron a Europa el
oro, la plata y el cobre concentrados en las entrañas de nuestro cerro
Famatina. Cientos de pobladores murieron en la mina La Mejicana. Cuando nada
mas podían sacar, se fueron dejando pobreza, enfermedades, prostíbulos, viudas
y huérfanos, minas no remediadas, aguas contaminadas y un monumento al saqueo:
el Cable Carril.
Hoy vuelven con espejitos de colores a cambio
de destrucción. Ya no quedan minerales concentrados, están dispersos. Hay que
dinamitar la montaña para extraerlos. No importa, hoy existen métodos perversos
para lograr ese fin y están dispuestos a hacerlo. Usan miles de toneladas de
explosivos para derribar la montaña y triturarla al tamaño de harina, utilizan
muchísima energía eléctrica, cientos de toneladas de sopas químicas y millones
de litros de agua por día. Agua, que escasea en la Rioja. Agua, bendita agua
que apenas alcanza para regar nuestros sembradíos y nos endiabla el alma en la
chayita riojana despojándonos de las penas y la pobreza a la que nos someten
los malos gobiernos.
Pero el poder es una ilusión monstruosa, dijo
Moyano, que interrumpe las relaciones naturales entre las estrellas, los
animales, las plantas y nosotros. Los que tienen ese poder imponen esa ilusión
matando, de otra manera no podrían conservarlo. Los opresores se apropian de
las palabras para escribir una historia mentirosa como una especie de siembra
de la dominación, pero a esa dominación nosotros oponemos nuestra verdad.
Nuestra vida transcurría en armonía. Pueblos
pequeños al pie del cerro donde nacimos, criamos a nuestros hijos y enterramos
a nuestros antepasados. El agua que baja de los cerros es nuestro tesoro
preciado. El Famatina nos da vida, identidad y nos hace orgullosamente
riojanos. Celebramos nuestra religiosidad en franco sincretismo con la herencia
ancestral que desde lo más profundo de los siglos celebra a los dioses del
universo. Festejamos y honramos la vida con nuestras danzas y canciones, esas que
se escuchan a lo lejos y atraen a la lluvia, las buenas cosechas y ahuyenta a
los malos espíritus.
En la cotidianeidad de nuestras vidas irrumpe
amenazante la presencia de empresas mineras transnacionales. ¿Quiénes son? ¿Qué
viene a hacer? ¿Qué quieren de nosotros? No tardamos en averiguar que solo
pretendían destrucción. Los hermanos catamarqueños y sanjuaninos mostraron la
impiadosa realidad del modelo de desarrollo que trae la minería. Entraron a
nuestras tierras prometiendo desarrollo pero sólo aumentaron las desigualdades
y profundizaron la miseria. La miseria económica, pero también la miseria moral
y política. Prometieron empleos y sólo repartieron ‘becas’ y ‘planes’.
Prometieron ‘dignidad’ y repartieron bajezas. La codicia degradó la tierra y las
almas. Infectó los suelos y los sueños. Las primeras voladuras arrasaron el
paisaje, la belleza de nuestra tierra y el candor de nuestra gente. Las
aguaditas y los ríos se secaron y los cardones ya no florecen. Los zorros andan
por ahí pelados, como los cerros; ya no se ven majaditas en sus faldeos.
Catamarca ya no es la misma.
Ciertamente la minería la ha cambiado. La ha
transformado profundamente. A tanta riqueza superficial, tanta pobreza
existencial. Miseria cultural, de las almas denigradas. Pero también miseria
material, de la tierra devastada, del agua ensuciada y los cuerpos expropiados,
como nos cuenta Lacho Machado. Pronto nos organizamos. No queremos minería, no
queremos mas saqueo. No queremos que otros decidan por nosotros. Queremos
ejercer autodeterminación. Rechazamos toda organización vertical, la asamblea
es el espacio de participación y de prácticas de autonomía. Movilizaciones,
encuentros de los pueblos, jornadas interminables de debate. Esquinas, plazas y
calles se transformaron en un cabildeo. Recuperamos nuestra palabra para
decirnos y contarnos, para decidirnos. Cortamos rutas y calles. Echamos a
Barrick Gold del Famatina, nos informamos e informábamos. Aprendimos enredados
con otras asambleas y movimientos sociales.
Nuestra lucha por el territorio, luego de
cinco años, sigue con la fuerza y la firmeza de cuando comenzamos. La
resistencia contra el saqueo de los bienes comunes y destrucción de nuestros
pueblos, crece más allá de las negociaciones de los gobernantes y las contiendas
electorales.
Las Asambleas Ciudadanas Riojanas se esparcen
por el territorio como el agua del Famatina y son los pobladores, en especial
los jóvenes, quienes con coraje toman el grito del cacique Coronilla en un
imparable ¡Basta!
Mientras tanto, continúa la campaña de
descalificación, espionaje, persecución y criminalización a l@s asambleístas.
Judicializan la protesta social y avanzan con la construcción de la
infraestructura que como venas abiertas profundizará el sangrado de nuestros
bienes.
Compran
conciencias, medios de comunicación y con el clientelismo empresarial y
gubernamental corrompen a las instituciones estatales que pronto se transforman
en serviles protectores y lobistas mineros.
Nada ni nadie los para, instauran verdaderas
dictaduras en los territorios por ellos arrasados.
Caminamos
las escuelas, los barrios, los pueblos. Todo espacio es importante en
tanto circulo de cultura para decirnos y decidirnos. Nuestras principales
herramientas son la palabra y la verdad. Nos enredamos con otros movimientos
sociales de toda Latinoamérica.
Tenemos en claro que uniendo nuestras
voces de resistencias lograremos construir ese otro país. El que nos merecemos, el de
la igualdad. Generamos una contracultura a la capitalista.
Nuestro horizonte es la construcción de un
mundo en el que podamos vivir con dignidad, en armonía con la naturaleza, en
solidaridad y reciprocidad con nuestros pueblos. Un país y una Latinoamérica
con soberanía alimentaria, con una democracia participativa y real, rechazando
las confortables rutinas mercantiles de esta democracia de mercado y sus
rituales electorales y mediáticos.
En esta construcción del poder popular,
denunciamos, nos encontramos y desencontramos, nos cansamos y desalentamos.
Pero aquí estamos, en resistencia y con alegría porque somos dignidad rebelde,
una barrera humana que junto a los cóndores andinos hacemos territorio. Nuestro
territorio.
La Rioja, septiembre de 2011